Programa Saberes - Fundación Carvajal
Familia y genealogía en la primera infancia
Carmen Elena Soto
“Criar a un niño es labor de toda la aldea”. Proverbio africano
Desde la gestación y en los primeros años, se establecen las bases para el desarrollo del ser humano, siendo el niño desde que existe un sujeto que tiene derechos, que piensa, siente, y que necesita ser rodeado de adultos que lo acojan, lo quieran y respeten.
Cada niño trae de la mano una familia, esto configura el primer escenario de desarrollo, donde se construyen los cimientos de lo que será ese niño, en razón de la familia que lo contiene, de lo que ella desea y promueve en sus hábitos y prácticas de crianza.
Es a partir del conocimiento de la familia que se puede ayudar a los niños a descubrir quiénes son, cual es el origen y los antepasados que lo sostienen. Se trata de que conozcan quién es quién en su familia, historias que se han tejido alrededor de bisabuelos, abuelos, madre, padre, y demás miembros de la parentela. Que los niños ganen saberes acerca de la familia y sus antepasados es posible si los agentes educativos de primera infancia, propician a través de la intervención pedagógica, el que puedan leer ese gran libro, que es la familia.
Que los niños sepan que tienen una historia para contar, que existen situaciones particulares y diferencias entre las familias de cada uno, abre el pensamiento infantil a la diversidad, a la comprensión que da la genealogía, de que nada permanece igual.

Recuperar y hacer visible la memoria familiar es construir identidad, descubrir sentidos, heredar recuerdos, entender quiénes somos en razón de dónde venimos.
Que niños y niñas se hagan dueños de la historia familiar que les pertenece, es brindar seguridad, es crear cimientos, es darles un lugar o un piso firme donde pararse, es dar herramientas para enfrentarse a la vida. Solo así, no quedan a la deriva de explicaciones imaginarias, que en su gran mayoría distan mucho de las verdaderas realidades familiares.

Encarar el trabajo con familias requiere de agentes educativos dispuestos a entender la diversidad de familias que existen, costumbres y formas de vida diferentes, alejadas en muchas ocasiones de lo que se piensa y espera. No son las familias ideales las que vamos a encontrar, sino familias de carne y hueso con otras realidades, donde lo importante es descubrir y respetar el sentido de las diferencias.
Se abre un horizonte para entender que el desarrollo de los niños no es un proceso lineal, que corresponda a edades determinadas, sino que está ligado a ese gran vientre que es la familia y la cultura en que se desenvuelve, y es desde allí, que se privilegian determinadas prácticas y se marcan las diferencias en el desarrollo.

¿Qué podemos hacer los agentes educativos para que las familias ayuden a los niños a hacerse dueños de su historia?
Resulta fundamental pensar los diferentes tipos de familia de niños y niñas que existen en las unidades de servicio y aulas de transición, y desde allí planear la intervención que tengamos con ellas, como rutas afectuosas que abren un abanico de alternativas. Entre ellas:
- Plantear consignas específicas para realizarlas en familia de acuerdo al proyecto o temáticas que se estén trabajando, donde se propicie la narración de historias familiares a los niños.
- Proponer dinámicas de juegos en familia orientadas al relato de historias como estrategias detonadoras de recuerdos y narraciones.
- Ayudar a las familias a recuperar memoria familiar desde los antepasados y comprender que las familias son un libro por leer y lo que pasa al leerlo de nuevo en el sentido de ganar nuevas interpretaciones o lecturas de hechos pasados.
- Construir redes de apoyo entre las familias, con actividades sencillas asociadas a temáticas propias del proyecto en curso, donde se pueden tener en cuenta los talentos, profesiones u ocupaciones de diversos miembros de la parentela. Por ejemplo: abuelas que tejen, madres que cosen, padres constructores.
- Aprovechar espacios informales de conversación con las familias para mostrar la importancia de contar relatos e historias familiares a los niños, desde bebés o desde la cuna, utilizando fotos, cartas, objetos, libros, antigüedades.
- Crear en las familias la cultura del trueque, teniendo presente que hay trueque de conocimientos, que se pueden aprovechar en las actividades o momentos pedagógicos. Por tanto, las familias pueden participar en actividades pedagógicas compartiendo saberes y experiencias asociada a temáticas específicas de los proyectos.
- Promover mediante carteleras, fotografías, circulares…el conversar con los niños, (desde bebés). Hablarles, contarles anécdotas de los abuelos, de otros miembros de la familia, de momentos significativos.
- Involucrar a familiares y a otras personas de la comunidad, de distintas generaciones, en el trabajo pedagógico, de acuerdo a las diversas temáticas que se estén abordando.
- Promover el préstamo de libros, juguetes y diversos materiales para que lleguen a las casas de los niños, con el fin de abrir canales de comunicación e integración de la familia.
- Los cuentos, leyendas y relatos de la tradición oral tienen la ventaja de que le ayudan a crear un vocabulario amplio y le familiarizan con otras épocas o con culturas distantes que amplían las fronteras del saber.
- Realizar taller con familias acerca de la historia del nombre que se tiene para flexibilizar la búsqueda de sentido del nombre de los niños y contarles la historia de porque se llaman así.
- Averiguar cuentos, arrullos, nanas, rondas y juegos de abuelos, abuelas, mamás, papás.
- Converse y escuche a todas aquellas personas que llevan o recojan al niño.
- Propiciar que las familias compartan fotos del álbum familiar como registro del paso del tiempo, lleno de recuerdos. Cada fotografía encierra un relato.
Las unidades de servicio no son los únicos dedicadas a la labor de educar, pero sí son fundamentales para la infancia.
¿Qué podemos hacer los agentes educativos para que los niños se hagan dueños de su historia?
Los agentes educativos pueden crear e implementar estrategias de intervención, para propiciar el que los niños se hagan dueños de su propia historia. Algunas de estas, son:
Incluir en la planeación pedagógica, la participación de las familias y comunidad en los casos que sea posible, para que compartan anécdotas y saberes con los niños.

- Visibilizar a través de relatos, conversaciones y lecturas con los niños, otros tipos de familias, en situaciones reales de contextos de vida lejanos, de familias de diversas partes del mundo, sus costumbres, creencias, vestidos, actividades laborales.
- Que los niños desde bebés conozcan relatos y fotos de familia.
- Más allá de la foto, socializar relatos que estas contienen, como forma de apropiación de la historia familiar que le pertenece a cada quién.
- Escuchar lo que saben o piensan los niños de su historia familiar, mediante la ayuda de fotos, cartas, objetos antiguos de familia, libros, imágenes.
- Recrear arrullos, cantos, nanas, juegos, retahílas, trabalenguas que existan en las familias de los niños.
- Propiciar contacto de los niños con los familiares cercanos, y a través de fotos y anécdotas con los familiares ausentes.
- Recoger anécdotas y relatos de parientes y antepasados lejanos, como forma de hacer presentes a los ausentes. Se pueden organizar exposiciones, libros viajeros con los relatos.
- Propiciar a través de sencillos trabajos para la casa, el conocimiento temprano de la historia familiar que le pertenece a cada niño. De donde eran sus abuelos, de qué región, a que se dedicaban, cómo era la vida de ellos cuando eran niños, en qué han trabajado, cuáles son las comidas preferidas en la familia, cuáles han sido los acontecimientos más importantes vividos por la familia.
- Abrir espacios de conversación, para que los niños renarren las historias contadas por sus familias, la forma como ellos la entendieron.
- Aprovechar diferentes épocas, por ejemplo la decembrina para indagar como eran los diciembres de antes, costumbres, comidas, formas de celebración en el tiempo pasado y el presente.
- Crear actividades de forma gradual y organizada, para que los niños conozcan quién es quién en su familia, a partir de las historias tejidas alrededor de ellos.
- Realizar exposiciones fotográficas para que los niños puedan narrar relatos de familia a partir de ellas.
- Construir libros o álbumes con fotos y narraciones escritas por las familias de los niños, acerca de: La foto más antigua de la familia, momentos importantes, parientes lejanos, como era la vida de antes cuando los abuelos eran niños.
- Construir con los niños el álbum personal con fotos de familia o con retratos hablados, en el caso de que no hayan registros fotográficos.
- Provocar narraciones orales y visuales de las diferentes etapas de vida de los niños, desde la gestación.
- Leer a los niños la historia del nombre de cada uno, según lo narrado por cada familia. Estos relatos pueden ser recogidos oralmente o por escrito, mandando a la casa la consigna precisa, acerca del deseo de saber de dónde salió el nombre del niño o la niña. ¿Por qué me llamo……?
- Dejar consignas muy precisas de narración donde los abuelos, padres, madres, otros familiares y personas cercanas al niño, narren historias reales de sus vidas, que transporten la infancia a otras épocas y momentos de su familia, que no conocen por su corta edad. La narración como herramienta poderosa de comunicación y construcción de identidad.
- Escribir sucesos propios de la historia de vida en la unidad de servicio. Pequeños registros anecdóticos, como forma de que los niños cuenten con registro histórico de sus primeros años en el espacio de la unidad de servicio. Dejar huellas no solo con fotos sino con relatos escritos.
- Escuchar y recoger voces infantiles. Escribir relatos que los niños hagan de sus propias producciones, juegos, dibujos y otras expresiones artísticas. Conocer y entender la lógica de lo que el niño está pensando o imaginando.

- Dejar historia de vida en la primera infancia mediante registro escrito y fotográfico de los niños, incluyendo sus voces, ejemplo: “el día que vino el abuelo Luis”, “Lo que pasó en la salida pedagógica”. Pueden ser relatos personales o grupales.

- Utilice en las intervenciones con los niños, objetos de familia y antigüedades, como estrategia para construir memoria familiar. Puede tenerlos en el espacio donde trabaja con los niños como intercambio o contribuciones que hacen las familias, incluso en calidad de préstamo. Esto se puede constituir de forma permanente como museo de familia, el cual cambia según los proyectos pedagógicos.
- Incorporar en el desarrollo de actividades con los niños, la utilización de la familia de muñecos de trapo realizados con las familias usuarias. Según regiones de procedencia de los niños, se pueden vestir los muñecos de campesinos, indígenas, También se pueden vestir según proyectos o temáticas específicas que se estén abordando.
- Por ejemplo vestirlos según la región, el clima, los oficios, las festividades, la época de antes y de ahora, las tradiciones y creencias.
- Abrir espacios de conversación e indagación del pensamiento infantil acerca de las familias, temores, deseos.
- Una gran variedad de títulos de libros refieren aspectos que abren posibilidades para trabajar diferentes aspectos de las familias. Nos hablan de abuelos, abuelas, mamás, papás, hermanos. Es muy importante leerlos y prestarlos para que los niños se los llevan a sus casas.